2/22/2009

Betta "Luchador de Siam"

El betta o luchador del Siam (Betta splendens) es una de las especies más populares entre los peces de agua dulce. Es un miembro de la familia gourami (familia Osphronemidae) del orden de los Perciformes, aunque fue clasificado entre los Anabantidae. Es nativo de la cuenca Mekong en el sureste de Asia.

La coloración natural del B. splendens es un verde y marrón embotado, y las aletas de especímenes salvajes son relativamente cortas. Sin embargo, las castas en cautiverio han desarrollado las aletas largas y de colores vistosos.

En libertad, los peces siameses habitan el agua estancada o con movimiento lento, que incluyen planicies inundadas y arrozales, a temperaturas que están en el rango de 24–30°C (75–86°F). Son omnívoros aunque prefieren alimentarse como carnívoros, alimentándose con alimento vivo como zooplancton y larvas de mosquitos y otros insectos. Los B. Splendens crecen a un tamaño aproximado de 6 cm (2,5 pulgadas) y tienen un período de vida de aproximadamente 2 años.

Los peces siameses o combatientes del siam, se suelen denominar simplemente (aunque algo impreciso) por su nombre genérico, que en este caso se trata como un nombre común ("betta").

Comportamiento Los comportamientos instintivos y adquiridos del B. splendens han sido ampliamente estudiados. Sus características respuestas agresivas pueden ser observadas al exponerlos a su propio reflejo en un espejo situado fuera del acuario. La capacidad de tornarse agresivos de esta manera, sin arriesgarse a un daño físico inherente a un conflicto real, convirtió a estos peces en populares objetos de estudio de etólogos y psicólogos comparativos interesados en el estudio de la agresión. Durante la década de los 70 se desarrolló una corriente de investigación del comportamiento agresivo de este pez, reducida recientemente, en parte por el surgimiento de nuevas técnicas de estudio de la agresión por parte de la sociobiología, y en parte porque se observó que, aun cuando no se provocaron daños histológicos, el incitar repetidamente respuestas agresivas podía tornarse en una fuente de tensión para los peces. Aun así, se obtuvieron resultados interesantes; por ejemplo, se demostró que la presentación de un estímulo de incitación a la agresión actúa como un estímulo incondicional en el condicionamiento clásico, y como un reforzamiento en el condicionamiento operante. Es como si el pez encontrara la oportunidad de atacar a otro pez presa.
 

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